Actualizado martes 18/09/2007 15:29 (
CET)
PABLO JAUREGUI
MADRID.- El diplomático holandés que lidera la lucha contra el calentamiento global en la ONU ha visitado Madrid esta pasada semana para participar en la VIII Conferencia contra la Desertificación. De Boer considera que a la Humanidad le queda ya muy poco tiempo para afrontar con éxito uno de los mayores desafíos de la Historia.
El hombre que lleva las riendas de la lucha contra el cambio climático en la ONU es un diplomático holandés que habla con el acento y la elegancia del perfecto gentleman británico. La semana pasada, Yvo de Boer visitó Madrid para participar en la VIII Conferencia de las Partes (COP8) de la Convención contra la Desertificación, y encontró un hueco para dialogar con EL MUNDO sobre la amenaza del calentamiento global. A pesar de que De Boer se muestra enormemente preocupado por el poco tiempo que le queda a la Humanidad para afrontar con éxito este desafío, aún confía en que los políticos se tomarán en serio las advertencias de la ciencia antes de que sea demasiado tarde.
Pregunta.- Sir David King, el principal asesor científico del Gobierno británico, considera que el cambio climático es una amenaza global incluso más grave que el terrorismo. ¿Está de acuerdo?
Respuesta.- Si uno lee los tres informes que hemos recibido este año del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático, el consejo asesor de la ONU, compuesto por 2.500 científicos), la conclusión clara es que si no actuamos de forma eficaz contra este problema, vamos a padecer un impacto catastrófico en todo el planeta. Por lo tanto, me parece innegable que el cambio climático es una de las amenazas más graves a las que se enfrenta la Humanidad.
P.- ¿Estamos a tiempo de detenerla? ¿Cuánto tiempo nos queda?
R.- Creo que la ventana de oportunidad que tenemos es muy pequeña. En estos momentos contamos con el Protocolo de Kioto, que sólo va a lograr reducir las emisiones contaminantes en un 5% en los países industrializados. Pero los científicos nos están diciendo que necesitamos reducir estas emisiones a la mitad para 2050. El primer periodo de compromisos de Kioto expira en 2012, y teniendo en cuenta lo mucho que se tarda en negociar cualquier acuerdo internacional, para mí está claro que a finales de este año, en la conferencia que celebraremos en Bali, necesitamos iniciar las negociaciones para un nuevo acuerdo contra el calentamiento.
P.- Sin embargo, de vez en cuando aún se siguen escuchando voces escépticas, dentro de la propia comunidad científica, que niegan que el cambio climático esté provocado por la actividad humana, y defienden que todo esto se debe a ciclos naturales del clima.
R.- Bueno, siempre habrá escépticos, pero a estas alturas eso es comparable a las personas que siguen creyendo que la Tierra es plana. El hecho es que la base científica sobre la que debemos tomar decisiones es el trabajo de los expertos del IPCC, quienes revisan cada cuatro años toda la evidencia que existe sobre esta cuestión, llevada a cabo por miles de investigadores. Y el consenso actual que han establecido estos científicos, aceptado por los gobiernos de todo el mundo, es que los seres humanos estamos provocando el cambio climático.
P.- Si aceptamos esta evidencia científica, ¿cuál es la mejor estrategia para combatir el problema?
R.- Lo fundamental es lograr un nuevo acuerdo internacional que construya sobre lo que conseguimos con el Protocolo de Kioto. Este acuerdo tiene que combinar tres elementos cruciales: en primer lugar, los países industrializados deben seguir liderando el proceso, mediante la reducción de emisiones contaminantes, establecidas por un acuerdo vinculante; en segundo lugar, tenemos que convencer a los grandes países emergentes, como China, La India y Brasil, a que también limiten sus emisiones, mediante incentivos que fomenten este compromiso; y en tercer lugar, tenemos que ayudar a los países en vías de desarrollo a que se adapten a las inevitables consecuencias del cambio climático. Estos son los tres pilares necesarios para un acuerdo eficaz.
P.- Sin embargo, el Gobierno estadounidense sigue negándose a aceptar un acuerdo que le obligue a reducir sus emisiones.
R.- Bueno, muchos estados de EEUU y también el Gobierno federal ya están desarrollando programas para reducir sus emisiones. El problema es que la Administración actual rechaza cualquier tratado internacional vinculante que establezca compromisos obligatorios en este terreno.
P.- Algunos científicos estadounidenses han llegado a acusar a su Gobierno de presionarles para no divulgar informes que demostraban la realidad del cambio climático. ¿No le parece escandaloso?
R.- No sé si es esto es verdad, pero lo que sí me parece evidente es que hace unos años, el presidente Bush era mucho más escéptico sobre el cambio climático que en la actualidad. En su último discurso sobre el Estado de la Unión, manifestó con claridad que el cambio climático es un problema mundial que requiere soluciones globales, así que su propia posición ha cambiado.
P.- ¿No le parece que existe un alarmante contraste entre las alertas de los científicos y la constante incapacidad de los gobiernos para ponerse de acuerdo?
R.- Creo que podremos superar esta situación en diciembre, cuando tenga lugar la conferencia de Bali. Este año hemos tenido tres informes del IPCC: el primero decía claramente que la actividad humana está provocando el cambio climático, el segundo nos mostraba el grave impacto que puede tener este fenómeno y el tercero aseguraba que ya contamos con las tecnologías para afrontarlo. Espero que en diciembre, los ministros adopten una respuesta política a este mensaje científico. El objetivo final tiene que ser un acuerdo que establezca una reducción del 50% de las emisiones contaminantes para la mitad de este siglo.
P.- ¿Y si las negociaciones vuelven a fracasar?
R.- Pues entonces no le quepa la menor duda de que vamos a tener problemas muy serios.